domingo, 18 de noviembre de 2012

PANEL
En esta técnica un equipo de expertos discute un tema en forma de diálogo o conversación ante el grupo.
Como en el caso de la Mesa redonda y el Simposio, en el Panel se reúnen varias personas para exponer sus ideas sobre un determinado tema ante un auditorio. La diferencia, consiste en que en el Panel dichos expertos no "exponen", no "hacer uso de la palabra", no actúan como "oradores", sino que dialogan, conversan, debaten entre sí el tema propuesto, desde sus particulares puntos de vista y especialización, pues cada uno es experto en una parte del tema general.
En el Panel, la conversación es básicamente informal, pero con todo, debe seguir un desarrollo coherente, razonado, objetivo, sin derivar en disquisiciones ajenas o alejadas del tema, ni en apreciaciones demasiado personales. Los integrantes del Panel ( de 4 a 6 personas) tratan de desarrollar a través de la conversación todos los aspectos posibles del tema, para que el auditorio obtenga así una visión relativamente completa acerca del mismo.
Un coordinador o moderador cumple la función de presentar a los miembros del Panel ante el auditorio, ordenar la conversación, intercalar algunas preguntas aclaratorias, controlar el tiempo, etc.
Una vez finalizado el Panel (cuya duración puede ser de alrededor de una hora, según el caso) la conversación o debate del tema puede pasar al auditorio, sin que sea requisito la presencia de los miembros del panel. El coordinador puede seguir conduciendo esta segunda parte de la actividad grupal, que se habrá convertido en un "Foro".
La informalidad, la espontaneidad y el dinamismo son características de esta técnica de grupo, rasgos por cierto bien aceptados generalmente por todos los auditorios.
¿Cómo se realiza?
Preparación:
De acuerdo con el tema elegido para el Panel, el organizador selecciona a los componentes o miembros del mismo, tratando de que sean personas:
  • Capacitadas y de ser posibles reconocidas en la cuestión,
  • Que puedan aportar ideas más o menos originales y diversas,
  • Que enfoquen los distintos aspectos del tema
  • Qué posean facilidad de palabra (pero no verborrea)
  • Qué posean juicio critico y capacidad para el análisis tanto como para la síntesis.
  • Aún sería deseable, un cierto sentido del humor para amenizar una conversación que podría tornarse en algunos momentos un poco cansada.
Es conveniente una reunión previa del coordinador con todos los miembros que intervendrán en el panel, para cambiar ideas y establecer un plan aproximado del desarrollo de la sesión, compenetrarse con el tema, ordenar los subtemas y aspectos particulares, fijar tiempo de duración, etc.
Así pues, aunque el Panel debe aparecer luego como una conversación espontanea e improvisada, requiere para su éxito ciertos preparativos como los expuestos.
Desarrollo:
  1. El coordinador o moderador inicia la sesión, presenta a los miembros del panel, y formula la primera pregunta acerca del tema que se va a tratar.
  2. Cualquiera de los miembros del panel inicia la conversación, aunque puede estar previsto quien lo harta, y se entabla el diálogo que se desarrollará según el plan flexible también previsto.
  3. El coordinador interviene para efectuar nuevas preguntas sobre el tema, orientar el dialogo hacia aspectos no tocados, centrar la conversación en el tema cuando se desvía demasiado de él, superar una eventual situación de tensión que pudiera producirse, etc. Habrá de estimular el diálogo si éste decae, pero sin intervenir con sus propias opiniones.
  4. Unos cinco minutos antes de la terminación del diálogo, el coordinador invita a los miembros a que hagan un resumen muy breve de sus ideas.
  5. Finalmente el propio coordinador, basándose en notas que habrá tomado, destacará las conclusiones más importantes.
  6. Si así se desea y el tiempo lo permite, el coordinador puede invitar al auditorio a cambiar ideas sobre lo expuesto, de manera informal, al estilo de un Foro. En esta etapa no es indispensable la presencia de los miembros del panel, pero si éstos lo desean, pueden contestar preguntas del auditorio, en cuyo caso el coordinador actuará como "canalizador" de dichas preguntas, derivándolas al miembro que corresponda.
Sugerencias Practicas:
Los miembros del panel y el coordinador deben estar ubicados de manera que puedan verse entre sí para dialogar, y a la vez ser vistos por el auditorio. La ubicación semicircular suele ser la más conveniente, ya sea detrás de una mesa o sin ella pero con asientos cómodos.


  • Puede designarse un secretario para tomar notas de las ideas más importantes, las cuales pueden ser distribuidas luego entre los interesados. También cabe la utilización de una grabadora de audio o mucho mejor de vídeo.
  • Se aconseja tener especial cuidado en la elección de los miembros del Panel, pues una conversación de este tipo debe mantener despierto el interés de un auditorio que permanece en pasividad expectante. Aparte del conocimiento y autoridad sobre el tema, se requiere en los interlocutores ciertas dotes de amenidad, facilidad de palabra, claridad de exposición, serenidad, ingenio y alguna salida de buen humor.



     
    ASAMBLEA
    Esta actividad puede cumplir muchas funciones en nuestras comunidades y vida pública, ya que, debidamente proyectada, es uno de los mejores medios para mantener a la gente informada, y confirmar su compromiso respecto a las actividades de su comunidad o de sus organizaciones.
    La asamblea se compone de un auditorio y una mesa directiva encargada de presentar el material a dicho auditorio, quien a su vez, lo recibe y se encarga de ponerlo en práctica de acuerdo a los objetivos de la reunión.
    Otro grupo participante en las asambleas es el de los proyectistas, cuya función es la de considerar todos los aspectos de los problemas de la reunión antes que la mesa directiva y el auditorio participen directamente.
    Las disertaciones, los paneles, los debates y los simposios son métodos muy conocidos de dirigir las asambleas. Estas son técnicas eficaces por sí mismas, pero a menudo han sido objeto de un uso incorrecto.
    La asamblea presenta algunas limitaciones que deben ser consideradas: Si los componentes del auditorio no se perciben a sí mismos como parte de un grupo y no se otorga a los miembros del auditorio una oportunidad de participar, se puede llevar a la sensación de que el conocimiento reside en la tribuna, y la ignorancia en el auditorio.
    Para combatir estas limitaciones se han desarrollado otras técnicas que derivan directamente de la asamblea y son: los equipos de oyentes, los equipos de observación, los grupos de reunión en corrillos, las asambleas divididas en subgrupos, las tarjetas con preguntas y los equipos de reacción del auditorio.
    ¿Cómo se realiza?:
    Desarrollo:
    a) El grupo elige a una mesa directiva formada por expertos que presenta al auditorio el material específico.
    b) Se elige a un moderador. El moderador no pertenece necesariamente a la mesa directiva.
    c) El auditorio recibe la información de una manera activa. Esto da lugar a diferentes tipos de discusiones, debates, paneles, etcétera. (Si el auditorio resulta demasiado numeroso conviene hacer una división en subgrupos.)
    d) Se obtienen conclusiones generales de los debates y discusiones.




 

EL PROCESO DE LA COMPOSICIÓN ESCRITA

Tal vez, ante alguna tarea de escritura, hayas sentido desconcierto. Es natural, porque el acto de escribir conlleva una serie de conocimientos y operaciones que pueden confundirte si no los reconoces y los entiendes. Además, cada tarea de redacción parece una experiencia nueva y distinta a las que le han precedido.
Sin embargo, el proceso de la composición escrita es, básicamente, el mismo para todos, aunque cada persona lo lleva a cabo de maneras diferentes. Dos investigadores norteamericanos, Linda Flower y John Hayes, trataron de describir lo que hacemos cuando enfrentamos una tarea de escritura. Ellos explicaron que, cuando alguien te requiere un trabajo escrito como un ensayo o una monografía, te enfrentas a un “problema”. De hecho, la tarea de redacción que se te ha asignado, es un problema retórico que debes resolver. No obstante, desde el inicio, tienes unos recursos para encararlo.  
En tu memoria a largo plazo, puedes tener algún conocimiento del tema, como de la audiencia que recibirá tu trabajo y, posiblemente, tus experiencias de redacción anteriores te ayudarán a determinar la ruta a seguir esta vez. Por ejemplo, si has escrito anteriormente un ensayo o una monografía, será más familiar el proceso y tendrás mayor control sobre él.   
Realmente, desde el momento en que se te informa la tarea de redacción que debes llevar a cabo, comienza el proceso de composición, aunque no hayas escrito nada todavía. Ya empiezas, mentalmente, a tomar decisiones y a repasar los conocimientos con los que cuentas para solucionar el problema retórico. 

REDACCION



 ¿Qué es la redacción?
Toda expresión que se valga de la palabra escrita, logra su propósito de comunicación mediante el arte de redactar. Redactar, que etimológicamente quiere decir “poner en orden”, consiste en expresar por escrito los pensamientos e ideas previamente ordenadas. El propósito de la redacción es combinar palabras, frases, períodos, párrafos y textos, para, a través de ellos, verter ideas ya elaboradas, de manera que se produzcan en un todo armonioso, capaz de ser debidamente comprendido. En otras palabras, la redacción podría definirse como una composición literaria en la que se desarrolla, de una manera completa, correcta y elegantes, un tema determinado, dentro de ciertos límites de amplitud.
La redacción es fundamental si deseamos consignar algo por escrito. Cualquier texto que queramos suministrar, cualquier impresión que deseemos transmitir a través de la palabra escrita, no son ni más ni menos que una redacción. Su trascendencia es enorme, pues, si bien la palabra transmitida en forma oral, vuela y se desvanece, lo escrito, por el contrario, se perpetúa: puede leerse, releerse, meditarse, y, a través de ello, el lector puede formarse una idea completa de lo que piensa y quiere decir el escritor. Debido a ello, es muy importante que se tome en cuenta lo siguiente:
•  Al inicio, antes de escribir, se debe pensar qué se va a escribir.
•  Es necesario saber qué mensaje se desea comunicar.
•  Debe preguntarse sobre a quién va destinado lo escrito.
•  Utilizar el tono y el lenguaje apropiados en la escritura.
•  La forma y el fondo.
Todo tipo de redacción, como cualquier manifestación literaria o artística, debe poseer dos elementos básicos, que son la forma y el fondo, ya que de nada sirve tener ideas originales y acertadas, si no se pueden expresar con la debida corrección. Tampoco reporta utilidad tener un amplio dominio del idioma si no se tiene nada que decir.
•  La forma .
La forma, el cómo decirlo, es el modo particular que se posee de expresar una idea, lo que llamamos técnicamente redactar.
Resulta un poco difícil instituir normas rígidas y concretas sobre la manera de redactar, ya que la expresión de nuestros pensamientos, sentimientos, emociones, vivencias y conceptos está sujeta a fenómenos tanto artísticos como científicos. En el primer caso, la expresión de nuestros pensamientos está atada al entorno y variaciones del momento, del lugar, la moda, etc. En el segundo, está cambiando a cada instante por los procesos de la fonética, la lingüística y la gramática, debido a que el idioma evoluciona día a día.
Por otra parte, la forma o el modo de expresarse es algo personal que está íntimamente ligado a factores tan distintos, como son la educación, el temperamento, el medio ambiente, etc., que no se puede hablar en un estilo único y perfecto. Cada persona tiene su manera, y crea su propio estilo de redacción; así puede deducirse que hay tantos estilos como personas.
Establecer una forma de redactar equivale a formarse un estilo. Para ello es necesaria además de una cierta predisposición natural, una labor asidua y un gran sentido de superación; y por eso comporta, a un tiempo, estudiar actitudes, pulir la sensibilidad, perfeccionar los gustos, desarrollar las dotes de observación, orientar los sentimientos, elevar el espíritu hacia nobles ideales; en pocas palabras, definir una forma de redactar es equivalente a definir la personalidad.
•  El fondo .
Toda redacción debe versar, claramente, sobre algún tema propuesto de antemano. Entonces, las ideas sugieren dicho asunto y que han de servir para su desarrollo, constituyen el fondo de la redacción. En otros términos, el fondo equivale a qué decir.
Algunas causas que colaboran a una mala redacción, y que deben evitarse, son las siguientes:
•  Comprender mal el tema.
•  Enfocarlo desde un ángulo indebido.
•  Tratarlo en forma parcial.
•  Dar mayor importancia a los aspectos secundarios que a lo principal.
•  Desarrollar un tema de manera muy superficial.
•  Decir banalidades.
•  Normas generales para la redacción.
Toda redacción, no importa el tema o extensión, debe ser un todo armónico; con una lógica comprensible; con un orden, pulcritud y sentido, para ello es necesario tener en cuenta las pautas siguientes:
•  Pensar bien el tema propuesto .
Si ni se maneja o no se conoce a fondo la temática que desea tratar, es importante referirse a ella cabalmente. Se aconseja documentarse sobre el tema propuesto, para de ese modo adueñarse de su contenido.
•  Trazar un plan o guión .
Un plan bien organizado es la base de una buena ejecución. Nos evita contrasentidos, repetición de ideas, falta de lógica, incoherencias, etc. Un plan previo nos permite tratar cada cosa a su debido momento; ayuda a situar los hechos, trabar la acción y llegar al desenlace de un modo natural y armónico. Este esquema de trabajo evita tener que retocar, añadir, acortar o trasladar frases o conceptos, que no estarían en su lugar si antes no lo hubiéramos ordenado.
•  Escriba con sencillez y naturalidad .
Evite ampulosidad o grandilocuencia; generalmente son impropias en una redacción simple y sencilla. Valery daba este consejo: “Entre dos palabras debe escogerse la menor”. O sea, la menos ambiciosa, la menos estridente, la más modesta. Aunque escriba sobre un tema complejo, refiérase a él de un modo sencillo; tenga en cuenta que su finalidad es comunicar su pensamiento y no hacer gala de erudición.
•  Escriba con claridad .
La claridad es fundamental en un texto escrito. Toda frase mal construida es, inevitablemente, oscura e incomprensible. La claridad de ésta reside fundamentalmente en la gramática. Por eso, tenga en cuenta las concordancias, la correlación de tiempo, el empelo adecuado de las proposiciones, etc. No escriba párrafos muy largos; éstos, si no están bien escritos, dan la impresión de pesadez y de escasa agilidad. Su construcción requiere cierta destreza. Emplee párrafos cortos, puntos y aparta, frases breves.
•  Utilice las palabras con precisión .
Debe evitar el uso de barbarismos o vulgarismos de mal gusto, que son sinónimos de pobreza de vocabulario. No utilice voces o palabras de significación muy amplia y ambigua (como la palabra “cosa”), que por su misma amplitud no apunta a nada específico. Prefiera siempre la palabra concreta, que designe objetos y seres, a la palabra abstracta. Si, para los efectos de redacción, se ve en la necesidad de recurrir al uso de sinónimos, procure escoger el más adecuado.
•  Use correctamente los signos de puntuación .
Los puntos, las comas, los signos de interrogación o de admiración, deben estar bien colocados; caso contrario, modifican radicalmente el sentido de la frase, y dificultan la comprensión de la misma.
•  Realice primero un borrador .
Nadie, excepto una persona con mucho oficio, es capaz de hacer un escrito perfecto en el primer intento. Siempre existe alguna dificultad: puede que un giro quede mal construido, o que el adjetivo usado no sea el más adecuado, o que una idea secundaria haya quedado inconclusa, etc. Haga siempre un borrador y sométalo a un exhaustivo trabajo de pulimento. Revise cuidadosamente la forma y el contenido.
•  Profundice su lectura y conocimiento del idioma .
Lea mucho, sobre todo a grandes escritores; fíjese en su prosa, analice su modo de expresarse, su arte de componer la narración, una escena o un retrato, la construcción del diálogo; ellos son y serán siempre el mejor procedimiento para aprender a redactar. También debe existir un progresivo conocimiento del idioma y un mayor dominio del vocabulario. 

  Técnicas y herramientas para la comprensión y composición de textos.

Hace referencia a   la actividad mental de carácter estratégico que exige la traducción de pensamientos claros como

  1. Establecer un propósito sobre la lectura.
  2. Examinar e inspeccionar el contenido de todo el texto
  3. Cuestionarse y formularse preguntas
  4. Buscar el significado de lo que se lee
  5. Expresar lo que se lee
  6. Repasar lo leído.
  7. Distinguir las ideas principales

Un texto es una composición de signos agrupados en un sistema de escritura que forma una unidad de sentido, es decir, los textos se forman a partir de las palabras que entrelazadas llevan a la creación de oraciones, las cuales a su vez   conllevan a   los   párrafos que terminan formando un texto escrito.

Una palabra sola tiene poco sentido y su significado es variable y depende del contexto. Todo texto que se construye, puede ser definido como tal, en tanto posea las características siguientes.
  1. Carácter comunicativo: Su función fundamental es comunicar significados en una contexto concreto.
  2. Carácter social: Está dado porque se emplea en el proceso de interacción social humana; es su unidad lingüística fundamental.
  3. Carácter pragmático: El texto responde a una intención y al propósito del emisor en una situación comunicativa concreta.
  4. Cierre semántico: Es una unidad semántica independiente, no depende de otros textos para entenderse.
  5. Carácter estructurado: Está dado por el carácter sistémico del texto, es decir, por ser este un todo, cuyas partes se hallan perfectamente interrelacionadas en dos planos: el del contenido y el de la expresión.
  6. Coherencia: Es una secuencia lógico de proposiciones, expresadas en oraciones, que unen entre sí por medio de elementos sintácticos, lo que la hace perfectamente comprensible. Guarda estrecha relación con la cohesión, que es el manejo adecuado de conectores y referentes en el proceso de la escritura. 



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